La semiconserva de anchoa exige una elaboración muy delicada, en donde sólo se utilizan anchoas frescas y sal. Se trata de un proceso de maduración natural y es primordial el tiempo en bodega. Nosotros las mantenemos como mínimo 6 meses en barril antes de filetearlas y envasarlas en aceite de oliva.
Las anchoas frescas, una vez descabezadas y evisceradas, se colocan en capas separadas por sal y se dejan madurar en barriles durante un mínimo de 6 meses hasta alcanzar su maduración óptima. Al igual que en el vino, los quesos y el jamón, el tiempo de maduración en bodega es uno de los factores clave para lograr un gran aroma, sabor intenso y la textura carnosa de la anchoa.
Las anchoas en sal, o en salazón, son muy valoradas por la gastronomía, ya que mantienen al 100% su auténtico sabor. Si bien requieren un cuidado especial en su conservación y preparación.
Una vez abierto el recipiente de anchoas en sal, es muy importante conservar las anchoas restantes completamente cubiertas de sal húmeda (o salmuera), para evitar que se estropeen.
La preparación de las anchoas requiere una limpieza minuciosa. Se limpian ligeramente con agua fría para quitarles la sal, se abren en dos filetes quitando la espina central y se limpian con cuidado. Seguidamente, se colocan en un recipiente con aceite de oliva y finalmente se aderezan con ajo o perejil. Antes de consumirlas aconsejamos dejarlas reposar un rato.
Las anchoas también se pueden limpiar con un trapo fino en seco. Esta técnica, más laboriosa, es la más tradicional y de esta forma, la anchoa conserva un sabor más intenso y auténtico.
Una vez conseguida una óptima maduración en barril manos expertas las filetean con navaja una a una y se envasan en aceite de oliva. Una vez abierto el tarro de anchoas se recomienda que las anchoas restantes queden completamente sumergidas en el aceite para mantener su calidad.
El resultado es un manjar exquisito, de intenso aroma, textura carnosa y un sabor inconfundible.
Artesanalmente. Con sal, tiempo y mucha paciencia.
Trabajando su sabor durante seis meses. Fileteándolas y envasándolas a mano. Una a una.
Nuestros boquerones al vinagre con aceite de oliva virgen extra, son artesanos. No se añaden ni aditivos ni conservantes.
Se limpian con agua y se dejan macerar con vinagre y sal, sin añadir ningún aditivo ni colorante para reforzar su blancura. Una vez alcanzado su nivel de maceración óptimo se envasan en barquetas con aceite de oliva, ajo y perejil.
Deben mantenerse refrigerados entre 0 y 4°C y al ser artesanos tienen una caducidad de solo tres meses.
Nuestros boquerones están listos para consumir, si bien se pueden aliñar al gusto antes de tomarlos. Los paladares más expertos destacan su sabor suave, textura carnosa y un aroma único.